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Ronaldo Azeredo era parco. Frente a un locuaz Haroldo, a un hiperproductivo
Augusto y a un sarcástico Décio, Ronaldo – como poeta – se
asemeja a esas personas que sólo raramente dicen algo. El tema es
cuando esas personas dicen algo: sin rodeos, van directo a lo esencial.
Ronaldo, en este sentido, actuó como un sintetizador del grupo, que
se enriqueció de las conquistas de sus compañeros para devolver
todo lo que habían escrito en manifiestos, poemas y ensayos en pequeñas
piezas escuetas que condensaban toda la energía que andaba dando
vueltas en aquellos primeros años del concretismo. Como poeta, Ronaldo
Azeredo aprendió a hablar en la época del pos-verso. Por eso
el verso siempre le fue ajeno. Como Lemiski podría haber dicho “nasci
concreto”, pero con la diferencia de que con Ronaldo el concretismo
nacía en él y con él. Cuando escribí mi libro
sobre poesía concreta, me detuve principalmente en la obra del grupo
Noigandres, sin embargo, cuando tuve que dar algunos ejemplos de cristales
concretos perfectos, que en su parquedad decían de todo, tuve que
recurrir a Ronaldo Azeredo. “Velocidade” y “Labor/torpor” apenas
recurrían a las palabras pero a mí me sugirieron tratados
voluminosos sobre la situación contemporánea de la poesía
de vanguardia. “Velocidade” es un poema strip-tease en el que
la palabra misma crea movimiento alcanzando el epítome de lo moderno:
el movimiento autónomo, el movimiento que se crea de sí mismo
y que no necesita de ninguna fuerza externa para sostenerse. “Labor/torpor” a
su vez es una puesta en escena del trabajo poético y tiene la virtud
de ser narrativo a la vez que simultáneo, una conjugación
muy difícil de crear. A diferencia de los otros poemas semióticos
del grupo que se mimentizaban con la sucesividad del verso, Azeredo entregó esta
pieza que sugería mucho sin decir nada, o casi nada.
Supe que, tiempo
después, Ronaldo había tenido mala suerte con la edición
del libro en el que pensaba recopilar sus poemas. Lamentablemente, hoy no
existe una coletánea con sus poemas y es difícil acceder a
su obra, esparcida mayormente por revistas y ediciones bellísimas
pero de poca circulación. Después del concretismo, Ronaldo
siguió publicando en revistas, hizo algunos poemas de muy buena factura
(como los reproducidos por Augusto en À margem da margem) y publicó un
libro táctil, Lá Bis Os Dois, en el que la lectura visual
es tensionada por las caricias de amor a las páginas. Tal vez esta
tensión hacia lo que está afuera del poema sea la característica
de Ronaldo y lo que le ha permitido hacer esos poemas tan sintéticos
y definitivos. A diferencia de sus maestros de Noigandres que vivieron siempre
en la poesía, Ronaldo vivió en sus orillas, en el momento
en que la poesía se toca con la vida y se disuelve. Hoy me llegó la
triste noticia de su muerte y no pude menos que recordar los últimos
versos de su poema “Ro”:
“resisto. resto. ro”.
Buenos
Aires, 14 de noviembro de 2007
Gonzalo Aguilar nasceu em Buenos Aires, Argentina. Em 2001,
obteve o título de doutor em Letras pela Universidade de Buenos Aires
(UBA) com a tese que deu origem a seu livro publicado no Brasil em 2005
pela Edusp, Poesia Concreta Brasileira – As Vanguardas
na Encruzilhada Modernista. Publicou diversas antologias de literatura brasileira, livros
sobre cinema e participou de vários volumes coletivos com seus artigos.
Docente da cátedra de Literatura Brasileira e Portuguesa na UBA,
em 2002 foi professor visitante na Universidade de Stanford (EUA). Recentemente
obteve uma bolsa do Centro David Rockfeller para Estudos Latino-americanos
(EUA) pela sua nova pesquisa sobre as representações culturais
da disputa entre Brasil e Argentina.
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